Tatapas Gastroteka, embajador de Hondarribia en el XII Concurso Internacional de Pinchos Medievales

El chef Adur Arrieta, con el pintxo 'Cordero, pan y vino', se alzó con el premio en el concurso local de tapas medievales de Hondarribia. Por ello, representará a su localidad en el Concurso Internacional que se celebrará el fin de semana del 18 al 20 de octubre en la ciudad navarra de Estella-Lizarra.

Hondarribia. 25 de septiembre de 2019. El chef Adur Arrieta y su establecimiento Tatapas Gastroteka no pudieron tener mejor estreno. A los pocos días de inaugurar su establecimiento, el cocinero presentó su pintxo 'Cordero, pan y vino' al concurso local de pintxos medievales de Hondarribia. Fue llegar y besar el santo. Como debutante en el certamen, el premio fue acogido con algo de sorpresa y una inmensa alegría. “No esperábamos ganar, fue un poco repentino, nos presentamos por un sentimiento de cercanía con el cliente y con nuestra localidad. Tuvimos que superar la dificultad de crear un pintxo con las lógicas limitaciones de contar únicamente con ingredientes medievales, previos al descubrimiento de América. El balance no pudo ser más positivo”, afirma Adur.

Adur Arrieta y su pareja, la brasileña Taliska Victoria Rebuit, abrieron hace unos meses este local situado en la calle Mayor de Hondarribia, tras formarse y trabajar en varios restaurantes de prestigio. “Somos los dos cocineros, siempre hemos estado tras los fogones, pero sin contacto con el público. Decidimos emprender nuestro propio negocio y a las primeras de cambio tenemos la oportunidad de representar a nuestra ciudad. Es todo un orgullo. Iremos los dos a Estella con mucha ilusión”, añade el chef vasco.

El pintxo 'Cordero, pan y vino' se presenta al comensal en dos partes bien diferenciadas. Por un lado, un vaso de vino dulce. Adur Arrieta ha escogido esta opción porque entiende que en la época medieval el vino era de mala calidad y por ello se enriquecía con canela, clavo o algún cítrico, como la cáscara de naranja.

La otra parte corresponde al pincho propiamente dicho, carne del costillar del cordero, picada y enriquecida con frutos secos y pasas. Esta carne se envuelve posteriormente en una masa de pan muy fina y en una hoja de parra. “También se puede envolver en una hoja de col o berza. En el concurso de Estella, lo adornaremos con un trozo de hueso para sujetar el pincho con las manos y puedas comerte más cómodamente el pan con el cordero en su interior. La idea es que recuerde a la época medieval, recrear de algún modo la forma de comer en aquellos tiempos remotos”, explica Adur.

El pintxo se ha mantenido en la carta de Tatapas durante aproximadamente un mes después de la celebración del concurso. Antes de ir a Estella, lo volverán a ofrecer en su establecimiento para abrir boca y que todos los clientes puedan probar esta delicia culinaria. Sobre la final en la localidad navarra, el cocinero se muestra muy contento por poder desplazarse hasta allí y participar en el Concurso Internacional representando a Hondarribia. “Tenemos muchas ganas de ir, por el ambiente que se crea y por conocer a otros cocineros de los que siempre se puede aprender. Esperamos hacer un buen trabajo y si encima ganamos, será el no va más”, concluye esperanzado Adur Arrieta.

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